Los Desafíos para las Mujeres afrodescendientes en el Siglo XXI
Mujeres afrodescendientes
Por: Licda. Cecilia Moreno Rojas
Coordinadora Nacional
Red de Mujeres Afrodescendientes de Panamá
El desarrollo de un nuevo liderazgo como mujeres afrodescendientes
Las mujeres negras tenemos y necesitamos ganar el espacio que se nos ha negado históricamente en la sociedad. Tenemos que asumir un liderazgo más proactivo, comprometido y solidario con las demás mujeres negras y con toda la comunidad afrodescendiente, que sea capaz de enfrentan diariamente las barreras de la exclusión y la discriminación de clase, género y raza.
Hoy día la globalización mundial, las nuevas tendencias económicas, los tratados de libre comercio, la modernización de las comunicaciones y las nuevas tecnología que avanzan con rapidez, nos exigen, más que nunca, que desarrollemos una actitud más emprendedora, optimista y positiva ante los desafíos. Esta nueva realidad nos exige que seamos pro-activas y tengamos ideas creativas, que fortalezcan nuestras capacidades en el ejercicio de la política, la actividad empresarial y en la organización socio-cultural de nuestros pueblos.
En el plano económico hace falta que las mujeres afrodescendientes aprendamos a reconocer las reglas del mercado y que nos atrevamos a incursionar más en el desarrollo de empresas que generen ingreso y contribuyan a mejorar la calidad de vida de nuestras familias.
Desenmascarar constantemente el Racismo y la Discriminación Racial en todas sus formas
Hay que reconocer que en muchos de nuestros países hay una fuerte resistencia y un temor generalizado a aceptar abiertamente que adolecemos de racismo y discriminación racial. Hasta cierto punto, nos hemos acostumbrado a escuchar y ver como natural las expresiones y estereotipos cargadas de racismo y las prácticas que discriminan a nuestras mujeres y jóvenes.
Las mujeres afrodescendientes debemos estar conscientes y convencidas de que la exclusión y la discriminación por raza, género, clase social, ideas, o por cualquier otra condición, es una violación a los derechos humanos. Que la falta de atención a las necesidades básicas de las comunidades afro descendientes no es sólo una cuestión de discriminación, sino también de violación de los derechos económicos, sociales y culturales de nuestros pueblos.
Muchas veces esto se ve como un asunto de mala suerte, pero la mala suerte no existe. Lo que existe es la mala distribución de la riqueza. Realmente se trata de un hecho histórico y sistemático de discriminación y exclusión racial, que tiene una raíz estructural, como consecuencia de una política que prioriza las necesidades de pocos sectores económicamente poderosos en perjuicio de la mayoría. Aquí podemos parafrasear que “la costumbre se hace ley”. La frecuencia y la práctica se convierten en una regla general que reproduce la exclusión.
Asegurar la mayor equidad posible de las conquistas de género alcanzadas por el movimiento de mujeres nacional e internacionalmente
El
enfoque de equidad de género en los últimos años ha sido promovido por
las organizaciones de mujeres, los organismos gubernamentales y las
agencias de cooperación internacionales como una forma de garantizar la
igualdad de oportunidades para las mujeres. Esto tiene su fundamento
principal en el Programa de Acción de la Mujer, aprobado por las
Naciones Unidas en 1995 y mejor conocido como la PLATAFORMA DE ACCION DE
BEIJIN, sometida a una evaluación al cabo de 10 años (1995-2005).
Las mujeres afrodescendientes tenemos que exigir a nuestros gobiernos y a los organismos internacionales que se apliquen estos acuerdos en las comunidades afrodescendientes y se les dé la atención necesarias a las mujeres negras.
Fortalecer la participación ciudadana de las mujeres afrodescendientes
Las mujeres afro descendientes tenemos que ganar posiciones de poder y mando político en la estructuras del gobierno. En nuestros países, los partidos políticos siguen siendo la base de los procesos de fabricación democrática y de participación política; por lo tanto, es urgente que se promueva desde allí la participación de mujeres negras como candidatas a puestos de elección popular, manteniendo siempre como principios la solidaridad y el respeto a la dignidad humana. En la política debemos participar no sólo como espectadoras pasivas, sino como protagonistas de los procesos de cambio que se vienen desarrollando.
Las mujeres afrodescendientes tenemos que exigir a nuestros gobiernos y a los organismos internacionales que se apliquen estos acuerdos en las comunidades afrodescendientes y se les dé la atención necesarias a las mujeres negras.
Fortalecer la participación ciudadana de las mujeres afrodescendientes
Las mujeres afro descendientes tenemos que ganar posiciones de poder y mando político en la estructuras del gobierno. En nuestros países, los partidos políticos siguen siendo la base de los procesos de fabricación democrática y de participación política; por lo tanto, es urgente que se promueva desde allí la participación de mujeres negras como candidatas a puestos de elección popular, manteniendo siempre como principios la solidaridad y el respeto a la dignidad humana. En la política debemos participar no sólo como espectadoras pasivas, sino como protagonistas de los procesos de cambio que se vienen desarrollando.
Finalmente, las mujeres afrodescendientes tendrán que trabajar mucho, más duro que sus contrapartes, llevando su propia agenda de raza y de género mientras apoyan la agenda nacional. Las mujeres afrodescendientes no son consideradas hoy día competidoras políticas serias, a menos que entren en el debate político más amplio, tales como economía, negocio y el desarrollo, además de la salud y la educación.
Empoderamiento y fortalecimiento organizativo
Las mujeres y hombres afrodescendientes debemos fortalecer nuestras
capacidades y elevar el nivel organizativo para ejercer mayor presión
sobre nuestros gobiernos y los organismos internacionales a fin de que
se cumplan y se pongan en práctica los compromisos asumidos en muchas
conferencias y convenios internacionales orientados al desarrollo humano
de los y las afrodescendientes, a las reparaciones históricas y al
respeto de los derechos humanos.
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